Cuando administras tu propia bitácora, eres tú el que controla como mostrarse a los lectores. Puedes decidir aparecer con tu nombre de pila, un seudónimo o simplemente ser el “admin” del blog. En cualquiera de los casos siempre serás reconocido como el autor de todo lo que aparece publicado en el sitio.
Cuando escribes para otros la realidad puede ser bien distinta. En la mayoría de los casos, sobre todo al principio de la profesión y principalmente cuando eres contratado por intermediarios, no aparecerá tu nombre cada vez que publiques un artículo.
Escribirás, algunas veces, en la cuenta de otro usuario al que sustituyes, otras veces con la identidad de administrador, y otras tantas en la cuenta de quien te ha contratado directamente, que puede no coincidir con el cliente propietario del blog en cuestión.
Este hecho puede que te resulte un poco chocante, sobre todo al principio, ya que hasta ese momento estarás habituado a asumir la autoría de lo que escribes identificándote como el autor del texto.
El Blogger debe acostumbrarse a perder su identidad a la hora de firmar un artículo, lo que quiere decir que, de cara a la galería, no se lleva el mérito directamente. Esto es algo que DEBES asumir y si no eres capaz de gestionarlo adecuadamente te va a ser difícil mantenerte en la profesión.
Para ser tú mismo el que aparezca con cada entrada nueva tienes tu propio blog, o si expresarte por escrito es tu gran pasión puedes decidirte a escribir un libro, o relatos cortos, y publicarlos online, por ejemplo, para compensar que, como Blogger, es muy probable que sientas que no “existes” cuando escribes.
Cuando seas tú mismo el que controle y cree su propia cartera de clientes, lo normal es que, si te interesa especialmente, pidas que se creen las cuentas a tu nombre y asunto resuelto 
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